J.R.R Tolkien siempre dijo que El hobbit había sido influenciado por El Silmarillion, su novela aún en construcción cuando fue publicada la primera, además de por distintos poemas épicos, mitos y cuentos de hadas que había leído. Entre algunas de las posibles fuentes que se han citado se encuentran Beowulf, el poema épico anglosajón con el que Tolkien trabajó durante parte de su vida, los cuentos de hadas de Andrew Lang y de los hermanos Grimm, y La princesa y el trasgo y su secuela La princesa y Curdie, ambos del escocés George MacDonald.
En 1955, Tolkien admitió en una carta dirigida al poeta y ensayista W.H. Auden que la novela infantil El maravilloso país de los snergs, de E.A. Wyke-Smith, era "probablemente el libro que sirvió de fuente inconsciente sólo para los hobbits y para nada más". Ésta narra la historia de un snerg, un miembro de una raza antropomorfa caracterizada por su baja estatura, igual que los hobbits. En un principio, Tolkien dijo que la palabra hobbit pudo haberse creado influenciada por la novela satírica Babbitt, de Sinclair Lewis, pero más tarde, en los apéndices de El Señor de los Anillos, establece que la palabra tiene el origen anglosajón hol-bytla, que significa "habitante de los agujeros".
Ilustración de 1886 de Odín, quien influenció principalmente la creación del mago Gandalf.
En la primera versión de El hobbit, el dragón llevaba el nombre Pryftan, mientras que el enano principal era Gandalf y el mago Bladorthin. El nombre de Gandalf, además de los del resto de enanos de la compañía, estaban sacados de Edda poética, una colección de poemas escritos en nórdico antiguo, y más concretamente de Völuspá, el primero de ellos. Por otro lado, Bladorthin es un nombre gnómico (lengua que más tarde evolucionaría al noldorin) que significa "amplia tierra gris", posiblemente un precursor de Mithrandir ("peregrino gris" en sindarin), uno de los nombres que recibe Gandalf en El Señor de los Anillos. Pronto, Pryfan cambió su nombre por el de Smaug, el pasado del verbo germánico primitivo smugan, que significa "meter por un agujero", algo que Tolkien consideraba como "un mal chiste filológico". Mucho más adelante el enano fue rebautizado, usando de nuevo otro nombre de Völuspá, Eikinskjaldi, que, traducido como Escudo de Roble, se trata de un nombre propio y no un apodo. El mago pasó a llamarse Gandalf, un nombre más apropiado, pues significaba "elfo del bastón" en islandés, y se conservó Bladorthin para un misterioso rey, que tan solo es nombrado en una línea y no vuelve a aparecer en ningún otro texto de Tolkien.
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