os primeros bosquejos de las historias de El Silmarillion se remontan a 1925, cuando Tolkien escribió un 'Boceto de la Mitología'. Sin embargo, los conceptos de los personajes, los temas principales y las historias concretas se venían desarrollando desde 1917 cuando Tolkien -por entonces un oficial británico- volvió de Francia durante la Primera Guerra Mundial y se encontraba convaleciente en un hospital militar primero, y en su domicilio después, con la llamada 'fiebre de las trincheras'. Por ese tiempo, él nombró a su colección de pequeñas historias El libro de los cuentos perdidos (que después sería usado como nombre de los dos primeros volúmenes de La Historia de la Tierra Media). Estos 'cuentos' iban a incluir una Mitología inglesa, pretendiendo explicar los orígenes de la historia y cultura de Inglaterra.
Muchos años después de la guerra, alentado por el éxito de El Hobbit, Tolkien le presentó a su editor, George Allen & Unwin una versión incompleta aunque muy desarrollada de El Silmarillion, pero se la rechazaron porque era oscura y "demasiado céltica". El editor, por el contrario, le pidió a Tolkien una continuación de El Hobbit, la que finalmente se convertiría en su novela más significativa, El Señor de los Anillos.
De todos modos, Tolkien nunca abandonó estos trabajos. De hecho, los consideraba su obra más importante (de acuerdo con el prólogo del libro), pudiéndose ver en sus historias el origen de la Tierra Media y sucesos posteriores contados en El Hobbit y El Señor de los Anillos. Reanudó su trabajo en El Silmarillion al completar la citada obra, y su deseo era que ambas se publicaran juntas. Pero cuando vio que sería un imposible concentró su atención en preparar la publicación de El Señor de los Anillos.
A finales de los años 1950 comenzó de nuevo a trabajar en El Silmarillion, pero muchos de sus escritos de esta época estaban más relacionados con el aspecto teológico y filosófico de la obra antes que en la narración misma. Durante este tiempo escribió largo y tendido sobre ciertos temas como la naturaleza del mal en Arda, el origen de los Orcos, las costumbres de los Elfos, la significación de la muerte élfica; y la planitud de Arda y el cuento del Sol y la Luna. Por este tiempo, le entraron serias dudas sobre los aspectos fundamentales de la obra que volvían a las primeras versiones de las historias, y parecía que Tolkien necesitaba solucionar esos problemas antes de poder producir la versión final de El Silmarillion. En todo caso, salvo contadas excepciones no trabajó en la narración en los restantes años de vida.
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